Ataques epilépticos
La epilepsia es un trastorno neurológico que puede ser genético y aparecer antes del nacimiento. En otras ocasiones la epilepsia puede deberse a cánceres, degeneraciones, lesiones, contaminaciones ambientales o defectos estructurales. Sea cual sea el motivo, la epilepsia es el resultado de un daño en el sistema nervioso. En función de dónde se produzca el daño, se decide en qué medida se ven afectadas a comunicación, la visión, la audición, el movimiento y la cognición.
Convulsiones: síntomas y descripción
Las crisis convulsivas tienen un origen cerebral, y se producen por una actividad neuronal excesiva. El hecho de presentar convulsiones periódicas es el trastorno que se conoce como epilepsia. Por lo que es muy importante citar que no todas las crisis neurológicas son epilépticas.
No se considera como epilepsia tener una sola crisis, aquellas crisis que acompañan a ciertos procesos cerebrales agudos como tóxicos, metabólicos, infecciosos, entre otros, o tampoco se consideran ataques epilépticos las crisis recurrentes parecidas a las epilepsias pero que tienen un mecanismo diferente como pueden ser los espasmos de sollozo en niños (interrupción involuntaria en la respiración que no está bajo el control del niño), tics, narcolepsia, histeria, etc.
Las crisis convulsivas se clasifican en crisis parciales o focales, crisis generalizadas o status epilépticos.
Las crisis simples son crisis sin alteraciones de la conciencia y con síntomas muy específicos (motores,
sensitivos, sensoriales, psíquicos, etc.). Por su parte, las crisis complejas son alteraciones de la conciencia acompañadas de movimientos repetitivos.
Las crisis generalizadas se dividen en 5: las ausencias, las crisis mioclónicas, las crisis clónicas, las crisis tónicas y las crisis toniclónicas.
Las ausencias son alteraciones de la conciencia de poca duración (máximo 30 segundos), sin alteraciones de la estabilidad ni caídas.
Las crisis mioclónicas son contracciones breves, simétricas y bilaterales de miembros y sin llegar a padecer alteraciones de la conciencia.
Las crisis clónicas son pérdidas de conciencia y movimientos musculares involuntarios de pequeño grado, lo que se conoce como clonías.
Las crisis tónicas son la pérdida de conciencia en relación a la función vegetativa como son la sudoración, taquicardias, rubefacción facial, entre otros síntomas, y presentan contracciones persistentes. Estos episodios puede remitir en segundos o pueden llegar a 1 minuto de duración como máximo.
Las crisis toniclónicas producen pérdida de conciencia, y presentan una combinación de flexión y extensión paroxística muscular que hace que el paciente parezca que realice pequeños saltos en el suelo. En este tipo de crisis suelen producirse mordeduras en la lengua, apnea y cianosis, además de relajación de los esfínteres. En el final de esta crisis se produce lo que se conoce como fase post crítica que continúa con una progresiva recuperación de la conciencia.
Episodios Epilépticos ¿Qué son?
Los ataques epilépticos son una serie ininterrumpida de convulsiones epilépticas, sin interrupciones entre una y otra, y que duran más de 30 minutos.
Episodios Epilépticos Generalizados
Las ataques de epilepsia generalizados acostumbran a ser impredecibles. Sin embargo, algunas personas que padecen estos ataques repentinos se dan cuenta de que van a tener una crisis horas antes de que suceda. Algunos síntomas frecuentes que suelen tener estas personas antes de sufrir una crisis son dolor de cabeza, variaciones de humor, sensación de pereza o espasmos musculares involuntarios.
Algunos factores pueden favorecer estas crisis convulsivas, como pueden ser la falta de sueño, el estrés emocional, saltarse comidas que favorecen la hipoglucemia, el abuso o la desintoxicación de alcohol, fiebre, infecciones, entre otros.
Es muy importante valorar algunos aspectos en personas que sufren epilepsia como por ejemplo averiguar si el individuo presenta dificultades en el lenguaje que puedan extenderse al miembro
superior o generalizarse, posibles alteraciones del nivel de consciencia y saber la tipología de la crisis para determinar el tratamiento más efectivo. También es muy importante saber si existen casos de personas con epilepsia en la familia y si las horas de sueño del paciente han sido insuficientes o si ha estado sometido a estímulos luminosos.
¿Qué hacer en caso de un ataque epiléptico?
Cuando nos encontramos ante una persona que está sufriendo un ataque epiléptico es crucial actuar con claridad y seguir lo pasos indicados. Estas intervenciones se hacen en dos etapas, la primera que va a tener lugar durante la crisis y la segunda que se tiene que realizar después de la crisis, una vez que ésta ha finalizado.
Ante la presencia de una persona que está sufriendo un ataque epiléptico y mientras la crisis tiene lugar, en primer lugar debemos de valorar el esquema ABC (Airway, Breath, Circulation) de la RCP (Reanimación Cardio Pulmonar) que consiste en abrir las vías aéreas, averiguar si la respiración es correcta, y valorar la circulación de la persona, es decir comprobar la sudoración, el color de piel azulado y detener las hemorragias externas en caso de que sea necesario, y llamaremos cuanto antes a los servicios médicos.
Durante las crisis epilépticas es muy importante impedir que la persona pueda dañarse la lengua y lo haremos manteniendo la vía aérea permeable con la ayuda de una cánula de Guedel. A continuación debemos de desabrochar la ropa del paciente para posteriormente colocar un objeto blando debajo de la cabeza para evitar golpes y lesiones. Sujetamos al individuo pero no de manera total para que no bloquear de manera total los movimientos de la persona que está sufriendo el ataque, protegiéndolo de
posibles daños con objetos cercanos. En este momento debemos de esperar a que la crisis finalice, observando siempre la reacción de la persona durante el ataque epiléptico
Una vez que la crisis ha finalizado es necesario colocar a la persona en la posición lateral de seguridad además de volver a valorar el esquema ABC de la RCP y anotar el tiempo de duración de la crisis. A continuación limpiamos las secreciones que se hayan producido durante la crisis y los equipos de intervención deberán de administrar oxígeno con mascarilla si es necesario cuando éstos lleguen al lugar. Finalmente la ambulancia trasladará a la víctima al centro hospitalario. Normalmente este traslado se efectuará colocando a la persona en posición de decúbito supino si está consciente y si está
inconsciente se hará el traslado en posición de seguridad.