Mioclonías ¿Qué son?
Las mioclonías son un tipo de movimiento involuntario que pueden ser de diferente frecuencia, y de intensidad brusca, de corta duración, que pueden afectar a uno o varios grupos musculares, es decir pueden darse en cualquier parte neuromuscular del cuerpo.
Las mioclonías, es decir estos movimientos involuntarios, son causados por la actividad contráctil muscular que define la mioclonía. Estas contracciones musculares puedes ser altamente discapacitantes según su intensidad y frecuencia, ya que pueden causar dolores articulares y musculares, y dependiendo de los casos pueden requerir tratamiento médico con el objetivo de rebajar los síntomas.
Las mioclonías pueden ser generalizadas o focalizadas, y en ocasiones no se manifiestan hasta que no aparece un estímulo que lo desencadena. Las mioclonías pueden ser el resultado de actividad anormal en diversas partes del sistema nervioso central. Las mioclonías son fácilmente distinguibles de otros trastornos del movimiento, y sólo en algunos casos es necesario recurrir a técnicas neurofisiológicas para diferenciarlas, como por ejemplo el electromiograma o EMG por sus siglas, que es la prueba que analiza si la función de la motoneurona es normal o no. Si sufrimos mioclonías, fasciculaciones o cualquier otro tipo de movimiento involuntario, y el electromiograma indica que la función de la motoneurona es normal, podemos llegar a la conclusión de que estos movimientos involuntarios son benignos.
No obstante, estas técnicas permiten conocer en qué parte del sistema nervioso se originan, pudiendo orientar el tratamiento más adecuado. La aparición de mioclonías está relacionada a un amplio espectro de trastornos, como puede ser la epilepsia o el Síndrome de Fasciculaciones Benignas.
El diagnóstico diferencial de las posibles causas abarca desde condiciones fisiológicas en un individuo sano hasta enfermedades graves del sistema nervioso central o sistémicas. Las mioclonías pueden constituir, por tanto, el elemento fundamental de la enfermedad o ser un fenómeno acompañante.
Tipos de mioclonías
Se pueden destacar las siguientes mioclonías:
Mioclonías fisiológicas: de tipo benigno causadas por trastornos del sistema nervioso o trastornos metabólicos como carencia de nutrientes, acumulación de metales pesados en el organismo, o derivadas de estados de estrés y ansiedad muy elevados. Son mioclonías típicas del Síndrome de Fasciculaciones Benignas.
Mioclonías patológicas: epilepsia, las que aparecen secundariamente a una enfermedad neurológica o no neurológica (causas renales o hepáticas). Las posibles causas pueden ser insuficiencia renal, hepática, anoxia, además de las mioclonías de causa epiléptica.
En otros casos pueden constituir una manifestación clínica de una enfermedad neurodegenerativa. Las enfermedades neurológicas son relativamente fáciles de detectar a través de la exploración física y el neurólogo será el encargado de decidir si es necesario o no realizar otros estudios como resonancias cerebrales, vertebrales, EEG o EMG, entre otras pruebas.
Mioclonías Síntomas
Es posible dividir los diferentes tipos de mioclonías según si son espontáneas, de acción o bien de reflejo. En cuanto a su distribución, las mioclonías pueden ser generalizadas, multifocales, segmentarias o bien focales. En el Síndrome de Fasciculaciones Benignas las mioclonías puede ser de cualquier tipo ya se trata de un trastorno que puede afectar de manera muy aleatoria según cada individuo.
Las mioclonías se pueden asociar a enfermedades neurodegenerativas, a la epilepsia o a otras causas de tipo benigno como es el Síndrome de Fasciculaciones Benignas.
Mioclonías Esenciales
Este trastorno es de tipo hereditario en la mayoría de los pacientes, pero pueden darse casos esporádicos. La edad de presentación y el grado de afectación varia según los casos. Se caracterizan por la presencia de mioclonías, generalmente en extremidades y cara, desencadenadas por la acción, las posturas y estímulos sensitivos, en ausencia de otra sintomatología neurológica.
Las mioclonías esenciales generalmente son de carácter benigno, y tienen un origen familiar y genético. En este caso los síntomas suelen aparecer antes de los 20 años de edad y pueden ir acompañados de temblores.
Mioclonías Fisiológicas
Son muy frecuentes, pero rara vez suponen un motivo de consulta, dada su escasa repercusión clínica. Las mioclonías se producen de manera fisiológica en pacientes completamente sanos en diferentes circunstancias. Las más habituales son las hipnagógicas, relacionadas con el inicio del sueño. Aparecen en la transición sueño-vigilia, pueden acompañarse de sensación de caída, y despiertan al paciente. Otras mioclonías pueden darse durante el sueño, como los movimientos periódicos de las piernas. Estas pueden suponer un problema al producir una fragmentación del sueño, aunque en su mayoría resultan un problema más para los cónyuges que para los pacientes. Otros tipos de mioclonías fisiológicas son las relacionadas con el ejercicio físico o el estrés, o el hipo.
Mioclonías del sueño
Se trata de movimientos bruscos e involuntarios, de carácter repentino y breve, del cuerpo o de una o más partes del mismo, que ocurren al inicio del sueño, en lo que se conoce como Hipnagogia, que es el estado de transición entre el estado en el cual todavía estamos despiertos y el sueño. Por lo general es una contracción única en la cual solemos tenemos la sensación de que estamos sufriendo una caída, que suele llevar a despertarnos en ese instante, de manera repentina.
Esta sensación a veces va acompañada de un sueño en el cual también caemos al vacío aunque científicamente no es considerado un sueño como tal ya que éstos no se dan en la fase REM, que se produce posteriormente y es cuando nuestro cuerpo duerme de manera total y se producen las diferentes regeneraciones de nuestro organismo durante el sueño profundo.
Las mioclonías del sueño están consideradas como algo totalmente benigno, por tanto no se considera un riesgo para la salud y es que aproximadamente el 70% de la población lo padece de manera regular, y la mayoría de personas lo han sufrido en algún momento de sus vidas. Las mioclonías del sueño no causan ningún daño a nuestro organismo ni a nuestro bienestar. Algunos expertos lo consideran como parte natural del proceso de pasar del estado de alerta a la relajación del sueño, la temperatura varía, el ritmo de respiración y cardíaco es más lento y los músculos se relajan.
Algunos factores pueden influir y provocar estas mioclonías del sueño como pueden ser la toma de cafeína, problemas para dormir, ansiedad, cansancio, estrés, actividad extrema antes de acostarnos, privación del sueño por más de 24 horas, pautas de sueño irregulares, aunque esto no sucede en todos los casos.
Mioclonías epilépticas
Las mioclonías forman parte de un gran número de síndromes epilépticos. En éstos pueden ser la principal manifestación de la actividad de la propia epilepsia o bien pueden acompañar a cualquier otro tipo de crisis.
A nivel fisiopatológico, resulta complicado diferenciar las mioclonías de origen epiléptico de otro tipo de mioclonías, ya que ambas se originan en la misma zona del cerebro a causa de una actividad anómala. Las mioclonías epilépticas son generalizadas y se acompañan de un importante retraso psicomotor.
Mioclonías Sintomáticas
Las mioclonías pueden formar parte del espectro clínico de un gran número de enfermedades o patologías, tanto neurológicas como de carácter benigno.
Una correcta monitorización de la mioclonía a través de un electromiograma así como un encefalograma es vital para diagnosticar y localizar la lesión. Así, las mioclonías secundarias a diferentes trastornos del sistema nervioso, a enfermedades tóxico metabólicas, suelen ser multifocales, bilaterales e irregulares. En general y en caso de enfermedad neurológica grave, la aparición de mioclonías sintomáticas se ve acompañada de otros síntomas neurológicos claros que facilitan el diagnóstico y su posible tratamiento.
Mioclonías Tratamiento
En general, las mioclonías responden favorablemente a los fármacos antiepilépticos. Las técnicas neurofisiológicas permiten conocer el origen de las mioclonías y orientan el tratamiento más adecuado.
En el caso de las mioclonías originadas por el Síndrome de Fasciculaciones Benignas es importante recurrir a un conjunto de herramientas que van a hacer que disminuyan todos los síntomas de este síndrome: correcta alimentación y nutrición, ejercicio físico, descanso y sueño reparador, y una gestión mental enfocada a reducir los niveles de estrés y ansiedad, así como una estimulación del pensamiento positivo permanente.
La Psicoterapia es un tratamiento muy a tener en cuento ya que aborda los trastornos psíquicos funcionales por métodos psíquicos, basados en la relación terapeuta-paciente, tales como el diálogo, la sugestión, el análisis, etc.
Mioclonías y Fasciculaciones: diferencias
Para acabar es necesario diferenciar las mioclonías de las fasciculaciones típicas del Síndrome de Fasciculaciones Benignas. Aunque este síndrome también pueden causar mioclonías de carácter benigno, la principal diferencia es que las mioclonías son causadas por trastornos metabólicos, insuficiencia renal, hepática, o bien por causas epilépticas.
Por su parte, las fasciculaciones pueden deberse a trastornos metabólicos, enfermedades inmunitarias, consumo de drogas como las anfetaminas, o bien por el consumo de cafeína o estimulantes, aunque esto último no tiene evidencia científica. El uso de diuréticos, corticoesteroides, la falta de sueño, un exceso de ejercicio, una deficiencia de nutrientes en la dieta, ansiedad o estrés también pueden causar fasciculaciones, todas ellas de carácter totalmente benigno.